Las
microempresas y las pequeñas y medianas empresas (pymes) son agentes
económicos clave, ya que buena parte de la población y de la economía
dependen de su actividad y desempeño. En los países de la Unión Europea
y de América Latina y el Caribe las pymes representan aproximadamente
el 99% del total de empresas, generan una gran parte.
del empleo (67%) y actúan en una amplia variedad de ámbitos de la producción y de los servicios. En general, el hecho de que las pymes tengan un mayor peso en el empleo que en la producción indica que sus niveles de productividad son inferiores a los de las grandes empresas. Por otra parte, su limitada participación en las exportaciones habla de una clara orientación al mercado interno. En ambas regiones los diferentes gobiernos han puesto en marcha instrumentos y programas de apoyo a las pymes para mejorar su desempeño, fomentar su desarrollo productivo y generar un ambiente de negocios favorable. Sin embargo, en muchos casos los resultados no han cumplido con las expectativas y no se han observado mejoras significativas en la productividad ni en la competitividad de este tipo de empresas, especialmente en América Latina y el Caribe.
En
diciembre de 2012, , en el marco de las actividades del diálogo
público-privado entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe que
el Programa AL-INVEST y EUROCHAMBRES y la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL) organizaron, se realizó una serie de
entrevistas a cerca de 50 líderes empresariales y de opinión de
distintos países de ambas regiones. La consulta tenía como
CEPAL/AL-INVEST 2013 7
propósito recoger de forma sistemática el parecer del sector privado acerca de las acciones necesarias para mejorar el desempeño de las pymes y así aprovechar las oportunidades que surgen de la relación entre ambos bloques, especialmente con miras a la celebración de la cuarta Cumbre Empresarial y la primera Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea, en enero de 2013. El presente documento incorpora ese levantamiento y ofrece un aporte para estimular la discusión y la reflexión de las máximas autoridades políticas y empresariales de la Unión Europea y de América Latina y el Caribe sobre el papel de las pequeñas empresas en las economías domésticas y cómo se las podría apoyar de manera que superen la mayor de sus limitaciones: la brecha de productividad respecto a los agentes de mayor tamaño. Así, en la medida en que las pymes mejoren su competitividad, podrán internacionalizarse —llegando a mercados nuevos y más complejos— y acceder a la economía del conocimiento, la innovación, las redes e información de mercado, entre otros recursos, dinámica que a su vez debería estimularlas para seguir progresando en sus capacidades y entrar en un círculo virtuoso.
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