En su encuentro en la ciudad de Pittsburgh celebrado en
septiembre de 2009, los líderes del G20 exhortaron a poner el empleo de
calidad como un componente medular de la recuperación y se
comprometieron a poner en marcha planes de recuperación que apoyen el
trabajo decente, contribuyan a preservar el empleo y le den prioridad
al crecimiento del empleo. Para ello acogieron el Pacto Mundial para el
Empleo y convinieron en la importancia de desarrollar un marco orientado
al empleo para el crecimiento económico futuro.
Los líderes adoptaron un marco para el crecimiento sólido, sostenible
y equilibrado como el instrumento para la acción colaborativa.
Reconocieron el papel del desarrollo de competencias en ese marco, al
afirmar: “Cada uno de nuestros países, a través de sus propias políticas
nacionales, deberá fortalecer la capacidad de los trabajadores de
adaptarse a las cambiantes demandas del mercado y beneficiarse de
la innovación y las inversiones en las nuevas tecnologías, las energías
limpias, el medio ambiente, la salud y las infraestructuras.”
Los líderes solicitaron a la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) desarrollar, en alianza con otras organizaciones y con los
empleadores y trabajadores, una estrategia de formación para
estudiarla.
La Organización preparó esta estrategia, que fue presentada y acogida
por los líderes durante la cumbre realizada en Toronto en junio de
2010. Posteriormente, durante su encuentro en Seúl en noviembre de 2010,
los líderes se comprometieron a continuar apoyando las estrategias
nacionales para el desarrollo de competencias, partiendo de la
Estrategia de Formación del G20.
Al preparar esta estrategia, la Organización trabajó de cerca con los
empleadores y los trabajadores, a quienes hizo amplias consultas al
respecto, haciendo uso de las Conclusiones sobre las competencias para
el mejoramiento de la productividad, el crecimiento del empleo y
desarrollo, adoptadas por la Conferencia Internacional del Trabajo en
junio de 2008.
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