En nuestra búsqueda por localizar informes y documentos que nos aporten datos, reflexiones y conocimiento sobre los aspectos de la vida social que pretendemos mejorar encontramos este libro. se trata de un coloquio organizado por el Banco Santander sobre ciencia y sociedad que ha generado un más que interesante documento. Una lectura atenta nos hace, en primer lugar, hacernos las preguntas y, en segundo lugar, cada uno ofrece sus respuestas.
El ciclo Ciencia
y Sociedad, organizado por Fundación Banco Santander con
el objetivo de divulgar los últimos avances de la ciencia, dedicó su
decimoséptima edición a reflexionar en torno a los límites del conocimiento
científico. El progreso de la ciencia en los últimos años ha permitido
descifrar el ADN, datar la edad del universo y comenzar a desentrañar la
compleja estructura cerebral. No obstante, cada respuesta obtenida da lugar al
planteamiento de nuevas incógnitas. ¿Seguirá aumentando el conocimiento o
llegará un momento en el que ya no queden respuestas? El progreso en el
conocimiento puede encontrarse con serias limitaciones determinadas por el
propio método científico, por nuestras capacidades intelectuales o por
restricciones técnicas que impidan contrastar ciertas hipótesis.
Sabemos hoy que el cerebro –aunque con una complejidad muy
superior– contiene un número de neuronas comparable al número de galaxias que
pueblan el universo visible. Partiendo de esta analogía, el profesor de Física
David Jou establece una comparación entre los límites del cerebro y los límites
del cosmos, planteando cuestiones tan inquietantes como cuáles son los límites
computacionales del universo, del cerebro y de la vida (natural o artificial)
en el futuro del universo.
El intento por desvelar el origen del universo y comprender su
comportamiento
ha sido una constante en la historia del pensamiento físico. La
formulación de la teoría de la relatividad general por parte de Eisntein supuso
un hito en la historia de la ciencia pues proporcionó, por primera vez, una
forma de condensar el universo entero en una sola ecuación. Sin embargo, como
señala Stuart Clark, los últimos descubrimientos evidencian sus limitaciones y
están dando lugar a la enunciación de nuevas teorías. ¿Constituirán la
explicación definitiva o solo un paso más en la búsqueda del conocimiento?
¿Llegaremos a entender algún día el universo?
El convencimiento de que las matemáticas son el lenguaje en el
que está escrito el universo, condujo a la comunidad científica a creer que
descifrar este lenguaje permitiría alcanzar el conocimiento. De hecho, la
historia de la ciencia está repleta de descubrimientos realizados gracias a los
razonamientos matemáticos. Marcus du Sautoy, en cambio, señala que las
matemáticas existentes también tienen sus limitaciones y así lo muestran
algunos de los retos más conocidos de esta disciplina: la cuadratura del
círculo, el teorema de Fermat o la teoría del caos.
Por último, los límites del conocimiento científico pueden ser
también los límites de su aplicación. Luis Serrano nos introduce en la importante
cuestión de delimitar las implicaciones éticas de la ciencia partiendo de su
campo de investigación, la biología sintética, cuya finalidad es el diseño, la
modificación y la fabricación de seres vivos con fines prácticos. Es esencial en
este sentido la evaluación de las actuaciones científicas en función de su
impacto ético y social.
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