El modelo educativo tradicional no ha conocido otras alternativas que
desafiaran su posición bien consolidada hasta que otro actor importante
se ha hecho espacio en la escena del sector educacional y ese ha sido el e-learning o
aprendizaje online. Para que el público se adapte a la novedad
de este sistema ha necesitado su tiempo, pero ahora se puede decir que las
herramientas educativas digitales están preparadas para dar el gran salto.
Los estudios indican que
las propuestas de MOOCs (curso online masivo en abierto) y otras plataformas
educativas registraron en 2013 un crecimiento de 55.2% respecto
a 2011 y se prevé que para el 2015 el dinero invertido en este sector supere
los 100 000 millones de dolares.
Las cifras indican un aumento sorprendente teniendo en cuenta que en
2011 el sector no movía más de 35 600 millones de dolares, pero detrás de todos
estos factores, ¿podrá demostrar el e-learning que el
paso gradual de la aula de clase a la aula virtual es igual eficiente? Con
el fin de encontrar respuesta a esta pregunta un grupo de científicos de MIT ha
realizado un estudio para demostrar que todavía falta mucho trabajo para que
el e-learning llegue al nivel ideal, a pesar de las
buenas previsiones que le esperan para el futuro.
Análisis del nivel de implicación a lo largo de 6.9 millones de
sesiones vídeo
Detrás de la controversia que ha generado la aparición de los MOOCs (o
cursos online), muy pocos de sus detractores se han
preguntado: ¿qué es lo que realmente hace fallar a este tipo de
plataforma educativa?Sorprendentemente, la respuesta no ha sido relacionada
con el medio online en sí, que muchas veces queda
desacreditado delante de las ventajas de los cursos presenciales, sino con otro
elemento mucho más importante: el contenido de los vídeos.
Para aclarar más el tema, el grupo de MIT del Laboratorio de
Inteligencia Artificial y Ciencias de la Computación han analizado los
datos proporcionados por la plataforma educativa online edX,
dirigida por el mismo instituto y la Universidad de Harvard. La información
recabada ha permitido llevar a cabo una investigación sobre los hábitos de
visualización de más de 100 000 estudiantes a lo largo de 6.9
millones de sesiones vídeo. El principal objetivo del estudio ha sido el
de medir el nivel de implicación del alumno analizando el
tiempo de visualización que cada uno dedica al vídeo y comprobar si al final de
la sesión este soluciona los problemas propuestos.
Las principales conclusiones a las que ha llegado el MIT sobre los
cursos online han sido las siguientes:
·
Los vídeos cortos son más interactivos y crean un
nivel de implicación mayor: la brevedad es un elemento clave en
conseguir mantener viva la atención del alumno por eso es recomendable
que los vídeos no pasen de los 6 minutos de duración.
·
La diversidad visual es más efectiva: se ha
demostrado que la alteración de diapositivas con imagenes de una persona que
las explica tiene mejores resultados que en el caso de una presentación
PowerPoint estática.
·
El ambiente informal gana más la fidelidad de los
usuarios: se ha observado que los vídeos grabados en un entorno informal son
mejor recibidos que los vídeos que suponen un presupuesto elevado.
·
El dinamismo visual de las presentaciones atrae
más la atención del usuario: el movimiento y la fluidez visual combinada con
improvisaciones en el discurso ayudan a que el tutorial sea más interesante.
·
La adaptación de los vídeos para la
plataforma online es esencial: el estudio ha
revelado que la calidad del vídeo no tiene mucha importancia si no se tiene en
cuenta el formato de la plataforma a la que va dirigido.
·
La rapidez y la dosis de entusiasmo del discurso
influye más en la receptividad del vídeo: los profesores consideran que la
mayor implicación se produce cuando hablan a 254 palabras por minuto.
·
La necesidad de pausas durante la presentación
verbal del contenido: los participantes necesitan tiempo para asimilar los conocimientos
aprendidos.
LectureScape, la propuesta del MIT para un mejor aprendizaje
‘online’
Las conclusiones acumuladas después de concluir el análisis demuestran
que todavía quedan muchos aspectos por mejorar por parte de
los autores de las plataformas educativas digitales. Para facilitar una gran
parte de su trabajo, los investigadores que han realizado el estudio han
presentado su propia alternativa a los MOOCs: LectureSape, una plataforma e-learningconsiderada
el ‘Youtube de los MOOCs’.
La herramienta es una interfaz que permite analizar el
comportamiento del usuario a partir de su interacción (seguimiento de
los cliccs) con el contenido de los vídeos para mejorar la navegación dentro de
las plataformas educativas online. En concreto, se trata de un
reproductor vídeo que enseña los picos de interacción correspondientes
a un nivel de interés o confusión elevado con el fin de crear unas
presentaciones más dinámicas y eficientes.
LectureScape incluye una línea de tiempo que enseña
las partes más vistas por otros usuarios, una transcripción del vídeo que
permite a los usuarios encontrar la información que les interesa, una
nube de palabras que extrae los temas más importantes así
como un sistema automático que genera información en todas las
diapositivas que el usuario visualiza.
Uno de sus principales desarrolladores, Juho Kim, afirma que el uso de
la plataforma ha ofrecido resultados mejores en el proceso de aprendizaje onlineen
comparación con las plataformas habituales, especialmente en el caso de los
alumnos que quieran formarse ciertas habilidades.
El científico espera proliferar su uso a gran escala aunque de momento
este asegura que las técnicas de machine learning que usa la
herramienta le permitirá una fácil adaptación a las plataformas MOOC actuales.
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