El informe anual “Análisis y Perspectivas 2016” de la Fundación FOESSA, que este año se publica bajo el título Expulsión Social y Recuperación Económica, constata una España a dos velocidades en términos de exclusión social. [VER EL INFORME COMPLETO]
En una rueda de prensa celebrada esta mañana en la sede de Cáritas Española en Madrid, Natalia Peiro, directora del Area de Comunicación, Sensibilización e Incidencia de Cáritas, y Guillermo Fernández, miembro del Comité Técnico de FOESSA, han alertado que “el análisis territorial de la desigualdad, la pobreza y el desempleo muestran un país a dos velocidades, y que, como consecuencia de la crisis, se ha generado un proceso de divergencia entre las Comunidades Autónomas”.
Un país a dos velocidades
La conclusión de este diagnóstico se basa en cuatro factores:
1. Las
diferencias en el eje norte-sur no sólo se mantienen, sino que tienden a
aumentar: mientras Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, la
Comunidad Valenciana, Canarias y las Islas Baleares se encontrarían en
peor situación ante una eventual salida de la crisis, Cantabria, País
Vasco, Navarra, La Rioja y Aragón se encontrarían en mejor situación,
desde el punto de vista de la pobreza, la desigualdad y el desempleo más
grave.
2. En
segundo lugar, los indicadores de desempleo analizados, que serían el
desencadenante más claro de una buena posición de salida para la
población en peor situación, muestran una recuperación muy débil y, en
algunos casos, muy alejados del ritmo necesario para impulsar una
reducción intensa de la pobreza y la desigualdad. De los cuatro
indicadores analizados, sólo en uno de ellos hay cuatro CC.AA. que
consiguen mejorar su situación desde el primer impacto de la crisis en
el año 2009.
3. Las
diferencias regionales de la pobreza apuntan a una salida divergente de
la crisis. Esta disparidad seguirá provocando aumentos en las
diferencias de desigualdad y bienestar.
4. La
«situación de salida» para el conjunto de las CC.AA. ofrece una peor
situación respecto a los datos recogidos en 2009 en el primer impacto de
la crisis. Este resultado nos permite afirmar que la probabilidad de
que aumente la bolsa de la exclusión social, a pesar del crecimiento
económico, es muy elevada.
Para elaborar el Informe, los expertos del Comité Técnico de FOESSA han utilizado
los indicadores que cualifican la cohesión social y que miden la
fractura social de un país: la desigualdad, el desempleo, la pobreza y
la exclusión social. Y se evalúan en
qué medida las CC.AA. parten con mayores fortalezas y debilidades. Se
ha comparado el año 2009, en el que se produjo el primer impacto de la
crisis, con el período 2014-2016, donde los datos económicos y de
desempleo comienzan a cambiar. La lectura de estos indicadores arrojan
los siguientes resultados.
Renta
Los
ingresos de los hogares han caído espectacularmente desde el primer
impacto de la crisis, con una reducción que supera el 10%.
Las CC.AA. con mayor renta media inicial experimentan las menores caídas, de manera que aunque las posiciones relativas en el ranking se mantienen casi constantes, las diferencias entre regiones aumentan en este período.
Desigualdad
Las
diferencias han aumentado y las rentas medias se han reducido, lo que
ha producido un hundimiento de las rentas más bajas. En la mayor parte
de las CC.AA. el 20% más rico de la población está soportando mejor la
crisis. Andalucía, Asturias y Castilla-La Mancha son las CC.AA. donde el
20% más pobre ha caído más. Las dos únicas CC.AA. donde ha crecido la
renta de los más ricos han sido Aragón y Galicia.
Las
variaciones en la desigualdad en las CC.AA. indican que existen
diferentes razones que las originan y que ahondan en la heterogeneidad
territorial de nuestro país. Por ejemplo, mientras Navarra apenas ha
crecido en las rentas medias pero sí en los extremos, Aragón ha aumentado la desigualdad tanto en las rentas medias como entre los más ricos y los más pobres.
Pobreza
Aumenta
el riesgo de pobreza en todas las CC.AA. y en el conjunto nacional la
variación anual media es del 9% si anclamos el umbral de pobreza en el
año 2009.
Las
mismas Comunidades siguen estando en los extremos de la clasificación
de las tasas de pobreza, una situación que se repite desde hace décadas.
Si
se analiza la pobreza según el nivel de vida de cada región, el
resultado varía en Comunidades como Aragón, La Rioja y Asturias, donde
el aumento se dispara, y Navarra y País Vasco, que lo contendrían debido
a sus mejores sistemas de protección social.
Desempleo
Durante
el período 2009-2016, la evolución del paro de la persona referencia en
el hogar muestra un empeoramiento en las CC.AA. mejor posicionadas a
comienzos de la crisis y una cierta mejoría o estabilización en las que
se encontraban peor.
Respecto
a los hogares con todos sus miembros activos en paro, no ha habido
ninguna Comunidad Autónoma que haya logrado reducir esta situación a
niveles anteriores a 2009.
En 14 CC.AA. 4 de cada diez desempleados serían parados de muy larga duración.
En
cuanto al número de hogares sin ingresos, los mayores incrementos se
han producido en las CC.AA. en que el número de hogares afectados era el
menor en el 2009. Asturias, Navarra y especialmente Galicia destacan en
su incremento.
Al
ritmo actual, alcanzar las cifras de hogares sin ingresos anteriores a
la crisis, ya de por sí elevadas, puede suponer hasta siete años.
Consecuencia del modelo social
Como
ha señalado Natalia Peiro, las dificultades que revela el Informe
“responden a una cuestión de modelo social, de cómo nos planteamos la
construcción de nuestra sociedad. No es una consecuencia de la crisis.
Lo que sí han empeorado como consecuencia
de la crisis son las condiciones de vida para que las personas y
familias puedan abrir un nuevo periodo de mejora, porque su posición ya
no es la misma y tampoco sus oportunidades”.
Otro
factor preocupante es que estas consecuencias se estén haciendo
invisibles para una parte de la sociedad y que ese proceso vaya a más.
“Se trata de algo ya experimentado también en otras crisis: en el año
2007, por ejemplo, la exclusión social de la población española era del
16,3% y afectaba a más de 7,3 millones de personas. Pero casi nadie lo
percibía”, ha afirmado la directora de Comunicación de Cáritas.
El
Informe desvela que estamos asistiendo a lo que se denomina proceso
“contracíclico” y que, como explicó Guillermo Fernández, consiste en que
“ante periodos de recesión económica, la pobreza aumenta rápidamente;
sin embargo, en fases de crecimiento no desciende en la misma medida e,
incluso, permanece estancada”.
Natalia
Peiro ha urgido a “recuperar para la política de lo social a los
ignorados, los no útiles, los expulsados, sobre todo en un momento como
el actual, donde el deterioro de un sector significativo de la sociedad
exige una mayor altura de miras, a la que nuestros partidos no han
sabido responder todavía”.
Propuesta para rescatar a las personas más vulnerables
Para ello, en la rueda de prensa se desglosó una propuesta de FOESSA y que Cáritas recoge en el documento de Propuestas ante las elecciones generales presentado a todas las fuerzas políticas [VER AQUÍ],
para incorporar a tres colectivos insuficientemente protegidos en
nuestro marco de garantía de rentas: los hogares en pobreza severa, los
trabajadores y trabajadoras pobres y a las familias con hijos e hijas a
cargo. Esa meta implica poner en marcha tres medidas de carácter
complementario:
Primera.
Creación de una Renta Garantizada que cubra un mínimo equivalente en el
conjunto del territorio del Estado. Se estima un coste de entre 2.700 y
3.600 millones de euros para una cobertura entre el 75% y el 100% de
los posibles hogares sin ingresos beneficiarios de la prestación.
Segunda. Extensión de la Renta Garantizada a través de un programa de bonificación al empleo. Tendría un coste estimado de entre 2.300 y 5.200 millones de euros.
Tercera.
Aumento de la protección a la familia y la infancia a través de la
ampliación de la cobertura de la actual deducción fiscal reembolsable
para familias numerosas, personas con discapacidad a cargo o por
ascendiente con dos hijos. El coste de una medida de estas
características supondría una inversión cercana a los 7.000 millones de
euros, introduciendo elementos de condicionalidad de renta.
En
suma, alrededor de 10.000 millones de euros sería la cifra necesaria
para garantizar la adecuada protección de esos grupos sociales más
vulnerables.
Como
reclamó Guillermo Fernández, “si, como todo indica, España tendrá que
afrontar a muy corto plazo una previsión presupuestaria cercana a esa
cantidad para responder al esfuerzo reclamado por la Comisión Europea
para corregir el balance estructural de la desviación del déficit, la
pregunta es si, como cuarta
economía de la zona euro y decimotercera del mundo en términos de
Producto Interior Bruto, no debemos exigirnos llevar a cabo un esfuerzo
presupuestario y fiscal similar para dotarnos de un sistema de garantía
de rentas que reduzca significativamente la pobreza y permita el rescate
de los derechos y la dignidad de millones de personas”.
Profundizamos y debatimos
El Informe se completa con dos capítulos. En el primero, bajo el epígrafe “Profundizamos”,
se plantean respuestas a la pregunta “¿Es posible revertir la
desigualdad en España?” a la luz de las propuestas de A. B. Atkinson, quien desde hace cinco décadas dirige las principales investigaciones desarrolladas por la OCDE.
En el capítulo «Debatimos»,
varios expertos de reconocido prestigio abordan tres temáticas de fondo
que van a estar con nosotros durante bastante tiempo y que tienen todas
ellas una especial incidencia en los procesos de exclusión social: la
Cumbre del Clima desde el punto de vista de los más excluidos, la
situación de los refugiados y las capacidades de nuestro sistema de
acogida, y finalmente una valoración sobre qué esconden las siglas TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership).
No hay comentarios:
Publicar un comentario