Intereante informe: un
reciente estudio realizado por Adecco España, ha demostrado que el
acceso a un puesto de trabajo ha ayudado a mejorar el autoestima y la
salud emocional, mientras que la falta de trabajo puede conllevar
trastornos depresivos.
Fundación
Adecco ha presentado el Informe "Un Empleo contra la Exclusión”. Con el
objetivo de proporcionar visibilidad a aquellas personas en situación
de exclusión social en España, analizaron cómo impacta el empleo en sus
vidas; para ello la Fundación ha realizado una encuesta a 1.000 personas
en riesgo de exclusión social.
La circunstancias que motiva el riesgo de exclusión social es,
principalmente, el desempleo de larga duración. Francisco Mesonero,
director general de la Fundación Adecco indica que “el desempleo de
larga duración puede derivar en la autoestima, haciendo que las personas
en esta situación se retraigan en sus relaciones familiares y sociales y
entren en una espiral de aislamiento cada vez más profunda. Desde
nuestras oficinas, asistimos diariamente a casos de personas que se
encontraban muy abatidas y en grave riesgo de exclusión, pero que han
logrado superarla gracias al empleo”.
En este sentido el 71% de los encuestados afirma que el acceso a un
puesto de trabajo les ha ayudado a mejorar su autoestima y su salud
emocional. Lo que demuestra que el empleo no solo es una vía de ingresos
económicos, sino que brinda la posibilidad de desarrollar capacidades y
habilidades que les lleva a asumir responsabilidades, tomar decisiones e
incrementar la autoestima de la persona.
“En nuestro día a día hemos comprobado cómo el acceso a un puesto de
trabajo es la mejor medicina para combatir estos estados: hace que nos
sintamos útiles, incrementemos nuestra autoestima y nos sintamos más
seguros en nuestras relaciones interpersonales, teniendo un impacto
directo en nuestra calidad de vida global”, explica Mesonero.
Esto se ve reflejado en los resultados de la encuesta, ya que el 65%
de las personas en riesgo de exclusión y con empleo asegura que el
trabajo les ha ayudado a mejorar sus relaciones sociales con familiares y
amigos. “En muchos casos las personas en riesgo de exclusión llegan a
sentir pudor a la hora de hablar de su situación y ello les lleva a no
pedir ayuda y a esconderse. Una vez encuentran trabajo se sienten
autónomos, seguros de sí mismos y pueden reconducir sus vidas”, recalca
Francisco Mesonero.
Por lo tanto, la fatal de empleo, a largo plazo puede ayudar a
acrecentar trastornos depresivos, baja autoestima y reclusión social. Por último, la consultora ha dispuesto una serie de medidas para
detener la exclusión sociolaboral, entre las que se destacan: Hacer
frente a la exclusión heredada; crear condiciones que favorezcan el
autoempleo y el emprendimiento; apoyar y fomentar la educación,
formación y empleabilidad futura de niños y jóvenes en riesgo de
exclusión social por circunstancias familiares complejas; fomentar el
empleo juvenil y favorecer su transición al mercado laboral; promover
políticas que incidan en un estilo de vida saludable, entre otras.
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