• Casi una década después del estallido
de la crisis, la mayoría de los 28 países de la Unión Europea mejoran en
materia de justicia social . España se sitúa en el pues-to 24, según el
Social Justice Index de la fundación alemana Bertelsmann Stiftung
• España ocupa el penúltimo lugar de la UE en el índice de “Oportunidades labora-les” consecuencia del impacto de la recesión económica
• La desigualdad de ingresos en España es una de las más altas de la UE, solo por delante de Rumanía, Lituania y Bulgaria
• A nivel europeo, la recuperación avanza a dos velocidades: continúa existiendo una gran brecha entre el norte y el sur de la UE
• España ocupa el penúltimo lugar de la UE en el índice de “Oportunidades labora-les” consecuencia del impacto de la recesión económica
• La desigualdad de ingresos en España es una de las más altas de la UE, solo por delante de Rumanía, Lituania y Bulgaria
• A nivel europeo, la recuperación avanza a dos velocidades: continúa existiendo una gran brecha entre el norte y el sur de la UE
Gütersloh (Alemania), 16 de noviembre de 2017.
A pesar de que España presenta mejoras en materia de justicia social
respecto al año pasado, persisten graves desequilibrios. Según el Social Justice Index 2017, elaborado anualmente por la fundación alemana Bertelsmann Stiftung desde 2008, España ha avanzado posiciones en el ranking general de los 28 países de la Unión Europea y se sitúa en el puesto 24, sólo por delante de Italia, Bulgaria, Rumanía y Grecia. En el campo de la educación, continúa habiendo importantes déficits: a pesar del progreso de los últimos años, persiste una tasa de abandono escolar temprano del 19%. Solo Malta supera ese porcentaje.
Las consecuencias de la crisis económica aún se dejan sentir con
severidad en el mercado laboral y en la lucha contra la pobreza: si
bien, por un lado, el retroceso del desempleo juvenil y del paro general
es una buena noticia, por el otro, los desequilibrios en el mercado
laboral persisten de un modo tan considerable que España sigue ocupando el penúltimo puesto de la UE en la dimensión del índice “Oportunidades laborales”. España debe continuar mejorando, sobre todo, en las oportunidades para las generaciones jóvenes: cuando casi un 36%[1] de los jóvenes sigue sin poder encontrar trabajo. Solo en Grecia las oportunidades laborales para los jóvenes son aún menores.
Por lo tanto, no resulta sorprendente que en el ámbito de la prevención
de la pobreza aún no puedan percibirse mejoras radicales, sino
únicamente ligeros síntomas de recuperación.
Respecto a la desigualdad de ingresos, España presenta una de las tasas más altas de la UE y apenas ha cambiado desde la crisis. Solo en Rumanía, Lituania y Bulgaria la distribución de los ingresos es más desigual.
En cambio, la actitud de la población española hacia los inmigrantes es muy positiva.
A pesar de los graves desequilibrios económicos y sociales, no han
proliferado fuerzas populistas de derechas y xenófobas –como por
desgracia sí es el caso en muchos otros Estados de la UE. Las
oportunidades de las personas no nacidas en España son muy poco
inferiores a las de las personas nacidas en España en lo relativo a
educación y empleo. Por consiguiente, España obtiene muy buenas
calificaciones en materia de no discriminación e integración de los
inmigrantes.
A nivel europeo: disminuye el riesgo de pobreza y aumenta la
justicia educativa, aunque persisten las diferencias entre norte y sur
En la UE se está registrando un claro repunte de la justicia social.
La notable recuperación de los mercados laborales constituye el motor
principal de la mejora en las oportunidades de participación. Los datos
relativos a los mercados laborales han mejorado en 26 de los 28 Estados
de la UE con respecto al año anterior. El desempleo en 2016 ha
disminuido hasta un 8,7% en el promedio de la UE. En el año 2013, el
punto álgido de la crisis social, aún era de un 11%. Sin embargo, la recuperación avanza a dos velocidades: la brecha entre el norte y el sur de Europa continúa siendo grande.
Precisamente en los Estados en crisis del sur, niños y jóvenes
continúan estando en un importante riesgo de pobreza y exclusión por
encima de la media. Los alumnos aventajados en el índice de justicia
actual son, una vez más, los Estados escandinavos: Dinamarca, Suecia y
Finlandia. En la cola, a pesar de las mejoras, seguimos encontrando a
Grecia.
La recuperación de los mercados laborales europeos se puede leer a partir de la tasa de empleo de la UE: dos tercios de los ciudadanos de la UE en edad laboral han conseguido un trabajo
(2013: 64,1%, 2016: 66,6%). La tendencia al alza también se puede
observar en los países en crisis, aunque allí las cifras aún son
preocupantes. En Grecia, el desempleo ha disminuido del 27,7% (2013) al
23,7% (2016), mientras que en España lo ha hecho del 26,2% al 19,7%.
El desempleo juvenil en el sur de Europa también ha disminuido
ligeramente. No obstante, en Grecia, a la cola en esta categoría, casi
la mitad de los jóvenes en edad laboral está en paro (2016: 47,3%, 2013:
58,3%). En Alemania, que lidera este valor, el desempleo juvenil se sitúa en cambio en un 7,1%.
“En toda la UE se precisa liderazgo político, que debe encargarse de
que todos se beneficien de la tendencia al alza. Sobre todo, no hay que
dejar solos a los jóvenes”, afirma Aart De Geus, presidente de la
Bertelsmann Stiftung.
Como consecuencia de la tendencia positiva en el empleo, también ha disminuido el riesgo de verse afectado por la pobreza y la exclusión social:
si en el punto álgido de la crisis económica en los años 2012/2013 aún
había un 24,7% de la población de la UE en riesgo de pobreza, según el
índice actual ahora son menos de una cuarta parte (23,4%). No obstante,
esto sigue representando unos 117,5 millones de personas. Además, los
Estados en crisis del sur de Europa continúan en el mismo punto: en
Grecia, un 35,6% de la población sigue en riesgo de pobreza y exclusión
social, mientras que en España es un 27,9% y, en Italia, un
28,7%. A modo de comparación: en Dinamarca, Finlandia y República Checa
–los tres países mejor situados en lo relativo a prevención de la
pobreza–, el porcentaje correspondiente se sitúa entre un 16,7 y 13,3%. Para determinados grupos sociales, como niños y jóvenes, el riesgo es aún más alto:
más de una cuarta parte (26,5%) de los niños y jóvenes menores de 18
años están en riesgo de pobreza y exclusión social en toda la UE, lo que
equivale a unos 25 millones de personas. En países como Grecia y España, a pesar de un ligero retroceso, el porcentaje continúa en un 37,5% y un 32,9% respectivamente.
No obstante, cabe esperar que la brecha entre el norte y el sur de
Europa disminuya en el futuro, siempre que persista la recuperación de
los mercados laborales.
En la mayoría de los Estados miembro, en comparación con los años
anteriores, también se registran mejoras en las oportunidades
educativas. Por ejemplo, el porcentaje de abandono escolar temprano ha
disminuido en toda la UE (2008: 14,7%, 2016: 10,7%). No obstante, los
autores critican tendencias preocupantes en algunos Estados del este de
Europa: “Observamos que, precisamente en Hungría y Polonia, los
gobiernos populistas de derechas tienen una fuerte influencia en el
sistema educativo, frustrando éxitos que ya se habían alcanzado”, afirma
Daniel Schraad-Tischler, director de Proyectos de la Bertelsmann
Stiftung.
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