martes, 5 de diciembre de 2017

España registra las peores cifras de abandono escolar temprano (19%) en la UE, sólo superado por Malta

• Casi una década después del estallido de la crisis, la mayoría de los 28 países de la Unión Europea mejoran en materia de justicia social . España se sitúa en el pues-to 24, según el Social Justice Index de la fundación alemana Bertelsmann Stiftung 

• España ocupa el penúltimo lugar de la UE en el índice de “Oportunidades labora-les” consecuencia del impacto de la recesión económica 

• La desigualdad de ingresos en España es una de las más altas de la UE, solo por delante de Rumanía, Lituania y Bulgaria 

• A nivel europeo, la recuperación avanza a dos velocidades: continúa existiendo una gran brecha entre el norte y el sur de la UE
Gütersloh (Alemania), 16 de noviembre de 2017. A pesar de que España presenta mejoras en materia de justicia social respecto al año pasado, persisten graves desequilibrios. Según el Social Justice Index 2017, elaborado anualmente por la fundación alemana Bertelsmann Stiftung desde 2008, España ha avanzado posiciones en el ranking general de los 28 países de la Unión Europea y se sitúa en el puesto 24, sólo por delante de Italia, Bulgaria, Rumanía y Grecia. En el campo de la educación, continúa habiendo importantes déficits: a pesar del progreso de los últimos años, persiste una tasa de abandono escolar temprano del 19%. Solo Malta supera ese porcentaje. 

Las consecuencias de la crisis económica aún se dejan sentir con severidad en el mercado laboral y en la lucha contra la pobreza: si bien, por un lado, el retroceso del desempleo juvenil y del paro general es una buena noticia, por el otro, los desequilibrios en el mercado laboral persisten de un modo tan considerable que España sigue ocupando el penúltimo puesto de la UE en la dimensión del índice “Oportunidades laborales”. España debe continuar mejorando, sobre todo, en las oportunidades para las generaciones jóvenes: cuando casi un 36%[1] de los jóvenes sigue sin poder encontrar trabajo. Solo en Grecia las oportunidades laborales para los jóvenes son aún menores. Por lo tanto, no resulta sorprendente que en el ámbito de la prevención de la pobreza aún no puedan percibirse mejoras radicales, sino únicamente ligeros síntomas de recuperación. 

Respecto a la desigualdad de ingresos, España presenta una de las tasas más altas de la UE y apenas ha cambiado desde la crisis. Solo en Rumanía, Lituania y Bulgaria la distribución de los ingresos es más desigual. 

En cambio, la actitud de la población española hacia los inmigrantes es muy positiva. A pesar de los graves desequilibrios económicos y sociales, no han proliferado fuerzas populistas de derechas y xenófobas –como por desgracia sí es el caso en muchos otros Estados de la UE. Las oportunidades de las personas no nacidas en España son muy poco inferiores a las de las personas nacidas en España en lo relativo a educación y empleo. Por consiguiente, España obtiene muy buenas calificaciones en materia de no discriminación e integración de los inmigrantes. 

 A nivel europeo: disminuye el riesgo de pobreza y aumenta la justicia educativa, aunque persisten las diferencias entre norte y sur
 
En la UE se está registrando un claro repunte de la justicia social. La notable recuperación de los mercados laborales constituye el motor principal de la mejora en las oportunidades de participación. Los datos relativos a los mercados laborales han mejorado en 26 de los 28 Estados de la UE con respecto al año anterior. El desempleo en 2016 ha disminuido hasta un 8,7% en el promedio de la UE. En el año 2013, el punto álgido de la crisis social, aún era de un 11%. Sin embargo, la recuperación avanza a dos velocidades: la brecha entre el norte y el sur de Europa continúa siendo grande. Precisamente en los Estados en crisis del sur, niños y jóvenes continúan estando en un importante riesgo de pobreza y exclusión por encima de la media. Los alumnos aventajados en el índice de justicia actual son, una vez más, los Estados escandinavos: Dinamarca, Suecia y Finlandia. En la cola, a pesar de las mejoras, seguimos encontrando a Grecia. 

La recuperación de los mercados laborales europeos se puede leer a partir de la tasa de empleo de la UE: dos tercios de los ciudadanos de la UE en edad laboral han conseguido un trabajo (2013: 64,1%, 2016: 66,6%). La tendencia al alza también se puede observar en los países en crisis, aunque allí las cifras aún son preocupantes. En Grecia, el desempleo ha disminuido del 27,7% (2013) al 23,7% (2016), mientras que en España lo ha hecho del 26,2% al 19,7%. El desempleo juvenil en el sur de Europa también ha disminuido ligeramente. No obstante, en Grecia, a la cola en esta categoría, casi la mitad de los jóvenes en edad laboral está en paro (2016: 47,3%, 2013: 58,3%). En Alemania, que lidera este valor, el desempleo juvenil se sitúa en cambio en un 7,1%. “En toda la UE se precisa liderazgo político, que debe encargarse de que todos se beneficien de la tendencia al alza. Sobre todo, no hay que dejar solos a los jóvenes”, afirma Aart De Geus, presidente de la Bertelsmann Stiftung. 

Como consecuencia de la tendencia positiva en el empleo, también ha disminuido el riesgo de verse afectado por la pobreza y la exclusión social: si en el punto álgido de la crisis económica en los años 2012/2013 aún había un 24,7% de la población de la UE en riesgo de pobreza, según el índice actual ahora son menos de una cuarta parte (23,4%). No obstante, esto sigue representando unos 117,5 millones de personas. Además, los Estados en crisis del sur de Europa continúan en el mismo punto: en Grecia, un 35,6% de la población sigue en riesgo de pobreza y exclusión social, mientras que en España es un 27,9% y, en Italia, un 28,7%. A modo de comparación: en Dinamarca, Finlandia y República Checa –los tres países mejor situados en lo relativo a prevención de la pobreza–, el porcentaje correspondiente se sitúa entre un 16,7 y 13,3%. Para determinados grupos sociales, como niños y jóvenes, el riesgo es aún más alto: más de una cuarta parte (26,5%) de los niños y jóvenes menores de 18 años están en riesgo de pobreza y exclusión social en toda la UE, lo que equivale a unos 25 millones de personas. En países como Grecia y España, a pesar de un ligero retroceso, el porcentaje continúa en un 37,5% y un 32,9% respectivamente. No obstante, cabe esperar que la brecha entre el norte y el sur de Europa disminuya en el futuro, siempre que persista la recuperación de los mercados laborales. 

En la mayoría de los Estados miembro, en comparación con los años anteriores, también se registran mejoras en las oportunidades educativas. Por ejemplo, el porcentaje de abandono escolar temprano ha disminuido en toda la UE (2008: 14,7%, 2016: 10,7%). No obstante, los autores critican tendencias preocupantes en algunos Estados del este de Europa: “Observamos que, precisamente en Hungría y Polonia, los gobiernos populistas de derechas tienen una fuerte influencia en el sistema educativo, frustrando éxitos que ya se habían alcanzado”, afirma Daniel Schraad-Tischler, director de Proyectos de la Bertelsmann Stiftung.

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