Mucho se ha escrito sobre el ritmo de la innovación tecnológica y cómo estos avances podrían ofrecer soluciones a los nuevos retos que afronta la humanidad en el siglo XXI y más adelante.
Una serie de nuevas tecnologías plantean preguntas sobre nuestras
relaciones con dichas tecnologías, y será crucial analizarlas en
términos de su impacto sociológico y cultural. Por último, debemos tener
en cuenta cómo tecnologías específicas pueden preservar o amenazar la dignidad humana,
y por tanto qué tipo de regulación o empoderamiento será el más
apropiado. La integridad del tejido social en sus diferentes estratos se
basa en acuerdos —a menudo tácitos— que mantienen en común los miembros
individuales de dichos estratos sociales.
La idea de un contrato social tiene una larga historia, que se
remonta a varias culturas ancestrales, que van desde los antiguos
egipcios, Hammurabi, los griegos, romanos, chinos, indios y las
tradiciones de las tres religiones monolíticas, el judaísmo,
cristianismo e islamismo. No obstante, se inició un análisis más
reciente con Grotius, Hobbes, Locke y, por supuesto, Rousseau, quienes
exploraron los límites de la libertad individual y el poder de la
soberanía. Desde el concepto de estado como “juez neutral” de Locke,
hasta Rousseau, Rawls y otros, todas las perspectivas del contrato
social buscan en último término analizar por qué los individuos
racionales aceptarían renunciar a algunas de sus libertades como
contrapartida de vivir en un orden político.
Un nexo común de la teoría del contrato social es la suposición de
que el orden político y estatal existen para el interés general de las
personas, gracias a los cuales se puede proteger la vida, la libertad y
la propiedad. ¿Qué significa esto en una época de rápida aparición de
nuevas tecnologías, Big Data, intensa movilidad y creciente conectividad
e interdependencia que traspasa las fronteras de la soberanía normal?
Ahora parece un buen momento para reconsiderar algunas de nuestras
arraigadas creencias sobre nuestras libertades, las funciones de la
soberanía y los límites del control.
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