La economía social es un pilar
importante de la economía europea que representa en torno al 10 % del PIB. Más
de 11 millones de trabajadores, el 4,5% de la población activa de la Unión
Europea, trabajan en la economía social. Una de cada cuatro empresas creadas al
año es una empresa social; una de cada tres en Francia, Finlandia y Bélgica.
Las iniciativas empresariales
sociales pretenden tener un impacto en la sociedad y no sólo generar beneficios
para los propietarios y accionistas. Por ejemplo, facilitan puestos de trabajo
a los grupos más desfavorecidos, favoreciendo su inclusión social y aumentando
la solidaridad de la economía. Pero se enfrentan a retos enormes y a unas
condiciones de competencia desiguales.
Michel Barnier, comisario
responsable de Mercado Interior y Servicios, ha declarado que "el reto más
importante hoy en día lo constituyen el crecimiento y el empleo. Estoy
convencido de que la cohesión social es imprescindible para un buen
comportamiento de la economía a largo plazo. La economía social es parte
integral del nuevo modelo de crecimiento que estamos creando, que es más
inclusivo y ecológico. Por su propia vocación, las empresas sociales están muy al
tanto de la situación y sintonizan muy bien con las realidades social y
medioambiental. Son innovadoras, son dinámicas y crean empleo. Tenemos que
hacer todo lo que podamos para crear un ecosistema que permita que sigan
desarrollándose. Este es el objetivo de la conferencia de Estrasburgo".
Según ha explicado Antonio Tajani,
vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Industria y Emprendimiento,
“las empresas sociales ayudan a la UE a crear un mercado social altamente
competitivo y son motores del crecimiento sostenible. Su valor ha quedado
patente a través de las pruebas de resistencia que han dado durante la crisis.
Su capacidad para generar empleo hace que ahora sean más necesarias que
nunca".
Por su parte, el comisario de
Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, László Andor, ha afirmado que "las
empresas sociales ofrecen cientos de ejemplos de cómo Europa puede mejorar su
modelo empresarial, dando más importancia al bienestar de las personas que a la
obtención de los máximos beneficios financieros. La economía social puede crear
trabajos de calidad incluso en circunstancias económicas difíciles y está claro
que se merece el apoyo de la UE para su crecimiento y expansión".
El presidente del Comité Económico
y Social Europeo, Henri Malosse, asegura que "Europa no puede permitirse
errar de nuevo el tiro. Su actividad principal se centra, o debería centrarse,
en la solidaridad activa y en unas políticas comunes fuertes, en particular en
los ámbitos de la industria, la energía y el emprendimiento, en especial el
emprendimiento social".
Los objetivos del acto son hacer
balance de los logros y la aplicación de la Iniciativa a favor del
emprendimiento social, determinar las futuras prioridades de acción, implicar a
los interesados en un entorno innovador y participativo para la elaboración de
la Agenda Europea para los próximos tres a cinco años, reforzar las redes de
las partes interesadas para apoyar la aparición y la ampliación de las
iniciativas y las mejores prácticas, y crear una mayor apropiación y
sensibilización entre los actores institucionales.
Fuente: Compromisorse.com
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