Un año más
la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), formada por un grupo de
destacadas empresas españolas, ha presentado su informe La contribución de las
universidades españolas al desarrollo, uno de los más destacados
estudios sobre la educación superior en nuestro país que va ya por su décima
edición.
Según
explica Ana Patricia Botín, presidenta de la Fundación CYD, en
la introducción del informe, 2013 ha sido globalmente
un año de inflexión entre el periodo marcado por una crisis intensa y
persistente y el inicio de la esperada recuperación, que ya se empieza a
apreciar en las estadísticas.
En el año
2013, por primera vez desde el inicio de la crisis, se ha observado una variación positiva en el número de ofertas laborales ofrecidas
a los servicios públicos de empleo y además, tomando la variación interanual
del último trimestre de 2013, para los graduados universitarios ya se observa
unareducción, aunque ligera, de la tasa de paro. La tasa
de paro de los graduados universitarios era a finales del 2013 del 13,5%, algo
más de 10 puntos porcentuales menor que la del conjunto de la población de 25 a
64 años.
La
tasa de paro de los graduados universitarios era a finales del 2013 del 13,5%,
algo más de 10 puntos porcentuales menor que la del conjunto de la población de
25 a 64 años
Por otro
lado, los expertos encuestados en el Barómetro CYD de este año valoraron con un pequeño repunte una serie de
tendencias sobre la contribución de las universidades al desarrollo económico y
social de España, repunte que se produce después de una caída en el nivel de
mejora promedio observado desde el Barómetro CYD de 2007.
Por lo que
se refiere a la investigación y transferencia, y a pesar de la situación de
crisis económica en la que se enmarca el Informe CYD 2013, las publicaciones realizadas por parte de las universidades han
continuado con su tendencia creciente y las solicitudes de
patentes también han aumentado.
Una universidad
que pierde excelencia y liderazgo
Pero no todo son buenas noticias, según aconseja
el informe, la crisis ha hecho perder a la universidad española “liderazgo y
excelencia”, por lo que su evolución debería ser contemplada con atención.
Aunque
aumenta la producción científica, a las patentes y la colaboración
internacional de los equipos de investigación, continúa “la disminución
ininterrumpida del liderazgo” de los españoles en esas investigaciones, según
ha alertado el coordinador general del informe, Martí
Parellada, en la presentación del mismo. Algo que ha provocado que disminuya la presencia española en el
10 % de las publicaciones científicas mundiales más citadas.
“Si se quiere un sistema de excelencia y
competitivo, no es posible seguir así”, ha indicado Parellada, antes de pedir
recuperar el debate sobre el modelo de financiación de la universidad y qué
parte de ella tiene que ser pública y cuál privada.
El informe
explica que la reducción de los recursos públicos destinados a investigación
y el impacto de la crisis en la economía española en su conjunto han
afectado a los resultados de la actividad investigadora y a la
transferencia de conocimiento efectuada por las universidades. Esta caída
inversora ha supuesto que el gasto universitario en I+D+i de 2012 fuese equivalente
al de 2011.
En
el curso 2012-2013 se produjo una reducción del 3,5 % del personal docente e
investigador
Las universidades
han tenido unos ingresos no financieros del 13,1% menos entre 2009 y 2012 a precios corrientes, que equivaldrían al 20% a precios
constantes, aunque con divergencias de 30 puntos porcentuales entre comunidades
autónomas y en comparación con sistemas de educación de países del centro y
norte de Europa, donde los ingresos han crecido un 10% durante la crisis.
La caída
de ha producido también en los ingresos privados, con un 14,8% de reducción en
2012 respecto del año anterior, un 11% menos de empresas colaboradoras y la captación de recursos para I+D+i a niveles de 2005.De
este modo, mientras en la década de los 2000 España fue el tercer país de la
OCDE con más crecimiento de la inversión en universidad, se ha revertido ahora
la tendencia.
Además, en el curso 2012-2013 se produjo una
reducción del 3,5 % del personal docente e investigador, impulsada por las
dificultades financieras y el límite de reposición de las vacantes por
jubilación.
Las universidades
públicas han tenido que trabajar con 1.300 millones de euros menos, a pesar de un aumento de 218 millones por el alza de las tasas
de matrícula que abonan los alumnos, un incremento que, sin embargo, repercute
de forma negativa en el alumnado.
Menos
universitarios, menos expectativa laboral
Los autores del documento han detectado una
disminución de estudiantes de grado y máster en el curso 2012-2013, influido
probablemente por la reducción de la financiación de las universidades públicas
y el aumento de las tasas universitarias, así como por un incremento del número
de alumnos de la FP superior.
El experto
relaciona esta cuestión con que más del 22% de las 7.400
titulaciones que se ofrecen en España tienen menos de 50 alumnos de nuevo
ingreso cada año, algo que afecta especialmente a las ingenierías,
las arquitecturas y las humanidades y para lo que se necesitan “políticas
públicas” e información que permita a los aspirantes conocer los resultados
laborales de los graduados en cada rama.
No es de
extrañar que los estudiantes abandonen los estudios universitarios. Parellada
ha apuntado que la crisis ha profundizado en la “sobreeducación”: el 32% de los
graduados trabajaban en 2012 en puestos que requerían una menor cualificación,
un 2% más que en 2009. Casi una cuarta parte fue recultada para tareas de
empleado contable y administrativo o bien de empleado de los servicios de
restauración, personales, de protección y vendedores. Un 6% fue contratada para
realizar ocupaciones elementales, para las que no se necesita ningún tipo de
estudios. Además, ha aumentado el tiempo medio que necesita para
encontrar trabajo, aunque sus tasas de inserción sigan siendo
mejores que las del resto de la población (10% menos de tasa de paro).
El informe
destaca que, aunque los graduados superiores muestran mayor tasa de actividad y
ocupación que el conjunto de la población y menor tasa de paro, entre 2007 y 2013 se ha observado un empeoramiento claro en España
de estos indicadores para los graduados superiores. De tasas de
ocupación y paro similares a las de la UE en 2007 se ha pasado en 2013 a una
tasa de ocupación siete puntos inferior (76% frente a 83%) y una tasa de paro
nueve puntos mayor (15% frente a 6%). Un año más, España fue en 2013 el país de
la UE-28 con una menor proporción de ocupados graduados superiores empleados en
puestos de alta cualificación (63,4%).
¿Una “nueva era”?
En la
presentación del informe en la Casa de América de Madrid, a la que acudieron
también el Secretario General de la OCDE, Ángel
Gurría, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y el presidente de la
Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas Manuel J. López, Botín aseguró
que la economía española está a punto de abrazar una “nueva era”,
y “liderar el conocimiento es el único camino si aspiramos a que los
jóvenes españoles puedan diseñar y participar de un futuro con más
oportunidades, más sostenible y con mayor bienestar social”.
El
barómetro que realiza la entidad encuentra este año “un pequeño repunte” en la percepción de la contribución de las
universidades al desarrollo económico y social de España, después de
una caída en el nivel de mejora que se había observado en el estudio de 2007.
Un repunte que, sin embargo, no parece suficiente.
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