A lo largo de su vida laboral, las mujeres siguen experimentando grandes
dificultades para acceder a empleos decentes. Sólo se han logrado
mejoras mínimas desde la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer,
celebrada en Beijing en 1995, por lo que existen grandes brechas que
deben colmarse en la puesta en práctica de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, adoptada por las Naciones Unidas en 2015.La
desigualdad entre mujeres y hombres persiste en los mercados laborales
mundiales, en lo que respecta a las oportunidades, al trato y a los
resultados. En los dos últimos decenios, los notables progresos
realizados por las mujeres en cuanto a los logros educativos no se han
traducido en una mejora comparable de su posición en el trabajo. En
muchas regiones del mundo, en comparación con los hombres, las mujeres
tienen más probabilidades de encontrarse y permanecer en situación de
desempleo, tienen menos oportunidades de participar en la fuerza de
trabajo y – cuando lo hacen – suelen verse obligadas a aceptar empleos
de peor calidad.
Los progresos realizados para superar estos obstáculos
han sido lentos, y se limitan a algunas regiones del mundo. Incluso en
muchos de los países en los que la disparidad en la participación de la
fuerza de trabajo y el desempleo se ha reducido, y en los que las
mujeres están dejando de lado el trabajo familiar auxiliar para
centrarse en el sector de los servicios, la calidad de los empleos de
las mujeres sigue suscitando preocupación.El reparto desigual de las
labores de cuidado y las tareas domésticas no remuneradas entre las
mujeres y los hombres, y entre las familias y la sociedad, es un
determinante importante de las desigualdades de género en el
trabajo. Este informe sobre las mujeres en el trabajo presenta los datos
más recientes sobre la posición de las mujeres en el mercado laboral,
examina los factores subyacentes a estas tendencias y analiza las
políticas que impulsan el cambio transformador.
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