El desempleo
juvenil se ha convertido en uno de los
principales problemas del mercado de
trabajo español, y supone un drama para toda una generación. Aunque en los últimos meses el continuo y acentuado deterioro de la situación laboral de la juventud se ha atenuado
ligeramente, todavía hoy los menores de
25 años tienen una tasa de paro superior
al 49%. Es decir, casi la mitad de los y
las jóvenes que quieren trabajar no
pueden hacerlo por la imposibilidad de encontrar un empleo.
Esta
situación es especialmente alarmante en el caso de las personas jóvenes
con baja cualificación: aquellas que no
tienen ninguna titulación (no han alcanzado ni siquiera el graduado en ESO)
presentan una tasa de desempleo del 57% (63%
en el caso de las mujeres)
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