El acceso de
algunas personas a determinados entornos, bienes o servicios que deben de estar
a su disposición, supone la necesidad de contemplar aspectos importantes de los mismos
con el fin de garantizar su participación en igualdad de
condiciones que el resto de la
ciudadanía.
Un segmento
de la población
susceptible de medidas
de estas características es el de
las personas con discapacidad, ya sea sensorial, motórica,
intelectual o con
enfermedad mental. Las
necesidades de accesibilidad
son distintas en
cada persona y
en gran medida
éstas vienen determinadas por
el contexto al
que se pretende
acceder o comunicar.
Este documento
pretende hacer una serie de recomendaciones con las Que facilitar a emitir
conductas y actitudes que garanticen el acceso
de quienes presentan alguna necesidad
específica que atender.
Es importante tener
en cuenta las siguientes premisas:
1. Prestar atención
a la persona, no a la discapacidad
2. Hablar
directamente a la persona con discapacidad no a su acompañante
3. Tratar a los
adultos como adulto
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